jueves, 16 de agosto de 2012

Contratos con tratos

N i transparencia. Ni objetividad. Ni seguridad jurídica. Un juez ha fallado contra la ordenanza que utiliza la Diputación de Ourense para contratar al personal laboral temporal. Al parecer, a los principios les faltan principios. Cuando el asunto irrumpe en las tertulias de bar y supermercando, fácilmente se desliza en la conversación un «érache visto» que oscila entre la amargura y la risa, entre la indignación y la resignación. Es como en el cuento del emperador desnudo, en el que el pecado se sabe, pero se va dejando hacer al pecador, al que manda. Hasta que alguien grita la evidencia a los cuatro vientos y el resto por fin estalla ante la verdad. En el caso de la Diputación ourensana ha sido el empeño solitario de un opositor el que ha llevado el mecanismo de contratación establecido por Baltar padre a los tribunales. Cuando las colas del paro están más pobladas que nunca, duele más pensar en posibles contratos con tratos, en dedos que adjudican tablas de salvación laborales sin sentirse mínimamente señalados por otros dedos acusadores. Pero resulta que un juez acaba de gritar que el emperador va desnudo. Sin objetividad. Sin transparencia.

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